El martes 17 de noviembre nos enteramos con alegría de la liberación de los tripulantes del Alakrana después de 47 de secuestro por los que la prensa internacional ha venido a denominar piratas somalíes. Compartimos con sus familiares el alivio de verlos pronto en casa. ¿Pero que sabemos de los llamados piratas; y de Somalia?
Somalia es un país del Cuerno de África fronterizo con Kenia al sur, al oeste con Etiopía, al norte Yibuti y al este el océano Indico. Somalia tiene una costa de una longitud de 3.180 Km. En 1991 Somalia se hundió en una guerra civil, una más de las tantas que asolan el continente africano. Desde entonces el país no se recupera y no existe un gobierno con capacidad de aportar soluciones a la multitud de problemas que enfrentan las poblaciones cuyas necesidades básicas no son cubiertas.
Esta situación de colapso político deja un vacío que aprovechan barcos europeos, estadounidenses y chinos principalmente para verter residuos tóxicos y radioactivos. La magnitud del desastre salió a la luz cuando, en 2005, un tsunami depositó en las playas y costas somalíes bidones corroídos y otras muestras de estos residuos. Según el enviado de la Naciones Unidos en Somalia Ahmadou Ould-Abdallah, la porquería tóxica acumulada en pocos días por la catástrofe marina provocó úlceras, cánceres, náuseas y malformaciones genéticas en recién nacidos y, al menos, 300 muertos. Sí, las Naciones Unidas mandaron a un representante para constatar la catástrofe y sin más, se cerró el capítulo. A día de hoy no se ha juzgado ni menos condenado a nadie por tantas atrocidades. Aunque éste no es el espacio para hablar de la gestión de los residuos nucleares, queremos dejar constancia de que África se ha convertido en el basurero radioactivo de los desechos generados por los países ricos.
Además de los residuos vertidos con total impunidad, aparecieron numerosos barcos pesqueros y empezaron a faenar en las mismísimas aguas territoriales de Somalia sin ninguna licencia. La pesca ilegal además de los ingentes ingresos que sacan de Somalia, ha arrasado los caladeros del país dejando totalmente desamparadas a las ya paupérrimas comunidades de pescadores del país. Esquilmaron las reservas pesqueras del pobre país que no tenía medios para proteger sus costas.
Ante esta situación, un grupo de somalíes trataron de constituir un cuerpo autodenominado “Guardacostas voluntarios de Somalia” para vigilar la costa y intentar que los barcos dejen de faenar ilegalmente o que pagarán impuestos. Se dieron cuenta de que el uso del secuestro y petición de rescate resulta más eficaz. De allí salen los que en occidente llaman piratas. Pero que ¿dicen de ellos las poblaciones locales? En un video colgado en la Web del periódico Diagonal titulado “Una visión distinta de los piratas de Somalia” vemos como un grupo de pescadores de Kenia celebran las capturas. Cuentan que desde que los piratas somalíes alejaron los grandes barcos de la costa, se han regenerado los caladeros y ellos encuentran pescado con abundancia. La pesca deportiva también tiene mucho éxito lo cual favorece este tipo de turismo. Además las encuestas locales en Somalia muestran que las poblaciones apoyan a los piratas porque defienden el patrimonio nacional. Como podemos comprobar las poblaciones del Cuerno de África ven en los piratas a unos heroicos patriotas defensores de lo propio.
En cambio, los ladrones y verdaderos piratas del Índico, a quienes se les acaba el chollo de saquear los recursos ajenos sin sufrir daño, ahora van y ponen el grito al cielo. Y como son de países potentes y belicosos, la solución que han encontrado es embarcar a militares en sus barcos. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea tienen destacado en el Índico todo un arsenal de guerra. La Unión Europea aprobó la operación Atalanta en diciembre 2008 contra la piratería somalí con el envió de 6 a 10 buques de guerra para “garantizar la seguridad” en el Golfo de Adén. Esta a la orden del día la presencia de mercenarios dentro de los pesqueros. Para rizar el rizo, el martes 17, en una entrevista en el telediario de las 21h, la ministra de Defensa de España, Carme Chacón, anunció toda orgullosa que España va a ser la “Nación Marco” o sea, que va ha liderar la formación y adiestramiento de 2000 policías y guardacostas somalíes para que controlen los puertos de donde salen los barcos nodrizas de las esquifes de los piratas.
¿Por qué no se gastan dinero en adiestrar a policías y agentes armados para que impidan que barcos europeos, estadounidenses y chinos principalmente puedan verter residuos tóxicos y radioactivos en esas mismas costas en las que existe ese vacío de poder? ¿Cuanto nos cuesta a los /las contribuyentes de este país financiar esta política de injusticia? ¿Cuándo levantaremos la voz para decir que no queremos que se gaste nuestro dinero para robar al pobre? ¿Esto es lo que necesita Somalia, unos guardacostas para proteger los intereses de España y Europa? ¿Qué clase de cooperación es ésta? Una vez más constatamos con dolor, que sólo valen los propios intereses de los países ricos. En vez de ayudar Somalia a salir de la pobreza con la implantación de infraestructuras económicas, se monta una policía para quitar de en medio a los que impiden el expolio del país. Los mismos que arrasan los caladeros africanos, se extrañan cuando los pescadores que ya no encuentran pescado ni para comer, utilicen los cayucos para pescar la esperanza de mejorar sus vidas en occidente. En este caso también envían, buques y aviones de guerra para vigilar los mares e impedir que entren en Europa. Y los que lo intenten por tierra se toparan con altísimas alambradas electrificas.
Levantamos nuestra voz para gritar:
¡No a las nuevas formas de imperialismo y colonialismo!
¡No al expolio de los recursos de los países pobres!
¡No al manejo sesgado que se hace de este tema en la prensa!
¡Sí a la gestión responsable de los recursos locales y globales!
¡Sí a la lógica del cuidado frente a la especulación!
¡Sí a una cooperación beneficiosa para todas las partes!
Jeanne Rolande Dacougna
Las Garaipen!
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